La industria de los videojuegos ha crecido y evolucionado notablemente en los últimos años, situándose como el principal recurso de entretenimiento audiovisual e interactivo a lo largo y ancho del mundo. Esto hace que continúe siendo una de las industrias más rentables del mercado, por encima de la música o el cine. De hecho, según los datos obtenidos por The CIU (The Competitive Intelligence Unit), el mercado de los videojuegos sumó nada más y nada menos que 64.8 millones de usuarios en el último año.
En su evolución, los videojuegos han ido trazando un camino con unas tendencias muy claras. En la actualidad, la realidad virtual, la movilidad y la interacción de los jugadores mediante conexión a Internet son algunas de las tendencias fundamentales de esta industria. Si bien hace casi 20 años que se comenzó a implementar la realidad virtual en los videojuegos, siendo los pioneros los desarrolladores de VirtualBoy de Nintendo, no ha sido hasta ahora cuando se ha empezado a desarrollar y aplicar todo su potencial. Con los nuevos avances, muchos son los desarrolladores que han querido entrar en este ambicioso mercado. Entre ellos destacan Microsoft HoloLens, Google Cardboard, Playstation VR y Oculus Rift. El dispositivo preferido por los aficionados a los videojuegos es la que abarca un 61% de los usuarios. Le siguen la Xbox y la Playstation 3, con un 32% y un 22%, respectivamente. Otra tendencia clara, fruto de la evolución de la tecnología en general y los dispositivos móviles en particular, es la utilización de videojuegos en smartphones y tablets. Según los datos recogidos por The CIU, 7 de cada 10 usuarios prefieren esta nueva forma de disfrutar de los videojuegos. De hecho, éstos constituyen la categoría más lucrativa de Google Play y Apple store. Además de poder acceder a ellos en cualquier momento, uno de los factores claves en el éxito de los videojuegos para dispositivos móviles ha sido el modelo de negocio puesto en práctica por los desarrolladores. La mayoría de esos videojuegos ofrecen servicios básicos gratuitos que permiten al usuario descubrir y probar el juego. La parte lucrativa viene con los posteriores servicios de pago, que permiten al usuario disfrutar de características avanzadas o especiales. A pesar del éxito de esa estrategia comercial, parece que la tendencia retoma las costumbres del pasado: realizar un único pago por el producto durante su adquisición.
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